Hace unos meses, sin comerlo ni beberlo, me vi metida en el maravilloso mundo de los autónomos. O como la gente suele decirme cuando se lo cuento: "¡hostia, qué putada!". Si me lo cuentan hace un año de hecho yo habría dicho lo mismo, y siendo sinceros: ES UNA PUTADA.
Pero como estamos en este mundo para sorprendernos cada día, y a mi esto me cayó un poco del cielo (y por cielo se entiende los despachos de los jefes-jefazos y sus disputas con la dirección de Madrid) pues toca aguantar. Aún así mejor mirar el lado positivo que para ver el negativo ya está el resto del mundo.
¿Que cómo puede tomarse una esto de ser autónoma de forma positiva? Con voluntad, mucha voluntad. Especialmente cuando empiezas a ver que esto muy probablemente sea un "
welcome to your new life".
No en este "trabajo" pero sí si los derroteros fashionisticos me llevan por caminos creativos. Hasta que ese día llegue, yo me informo y aprendo sin las presiones reales de tener un negocio propio.
Porque yo constaré como autónoma pero de eso
ná de ná señores: autónoma sí, pero no profesionalmente emancipada.
Contexto y planes futuros a parte, ¿en qué le cambia a uno la vida cuando se hace autónomo? Básicamente en que de pronto todo es un lío.
Hay papeles y más papeles, e impuestos que llevan papeles. Y miedo a que Hacienda te encule pero que a gusto con papel y todo incluido señores, y bueno...
¡Muchos papeles por hacer!
Es un cambio de chip mental. A efectos prácticos, burocracia y papeles a parte, todo parece igual, pero jurídicamente es todo muy diferente.
Un profesional autónomo no tiene jefes, tiene clientes.
Un profesional autónomo no tiene nómina, les cobra una factura a sus clientes por la actividad laboral prestada (diría servicio, pero suena a que va una haciendo "servicios" por ahí y no es plan).
Un profesional autónomo ve un total en su factura muy bonito, pero tu gozo en un pozo. Hay un 18% de esa cantidad a la que le dices HOLA y ADIÓS. Yo hago como que no ha pasado, no lo he visto entrar, porque son casi 300€/mes que no me cato.
Un profesional autónomo no paga a la Seguridad Social, sino que se paga su seguro de autónomos.
Un profesional autónomo tiene que tener una salud de hierro, porque el seguro de autónomos es una puta mierda donde no te pagan baja laboral hasta el 4º día de estar malo/incapacitado.
Un profesional autónomo tiene un alta probabilidad de morir ahogado entre tanto papeleo y más papeleo.
Que si el IVA trimestral, que si el IRPF, que si el IVA anual, que si hacer facturas, que si recibir facturas, que si esto que si lo otro.
Creo que la frase que más he ido diciendo últimamente ha sido "
joder! ¿dónde deje ese ticket/factura?".
En especial cuando nos acercamos al temido día 20 cada cuatro meses, fecha límite para hacer la declaración trimestral de IVA (también como conocida como:
ahí se va ese dinero... fue bonito mientras duró). Y no me pongo hablar de los rollos de Hacienda y su dicho formulario 303 y de las mil manera de entregarlo pero que son mentira porque se escacharra todo cada dos por tres... O de como el Certificado Digital de los cojones que debería hacerme la vida más fácil lo único que hace es amargámela, y un largo etc etc etc.
Pero he dicho que iba a ser positiva, ¿verdad?
Así que paciencia y buen hacer.
El año que viene cuando me toque pringar en la Declaración de IRPF ya hablaremos de nuevo.