Claro que ahí vendría mi abuela y me diría que sarna con gusto no pica, pero mortifica. Y como que me digan todo esto no me ayuda en absoluto en momentos de ¿y yo por qué me meto en estos berenjenales?, la respuesta obvia es "ya bueno, la una por la otra y la casa sin barrer".
La moraleja de todo esto debería ser que no intente hacer más de lo que está dentro de mis posibilidades, pero no. Lo siento, yo nací estresada. Seguramente moriré estresada pensando en lo que me he dejado por hacer en sotantos años de vida, y en que seguro que no me organizan el entierro tal y como yo quiero.
Me gusta tanto la sensación de hiperactividad, ese frenetismo que roza la subida de adrenalina, que casi me siento una yonki.
Hachís, rulas, coca, speed, subidón de adrenalina para estresadas anónimas.
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